jueves, 27 de abril de 2006

Quien nada sabe, todo teme.

No escribo hace milenios. Razones hay demasiadas: no tengo tiempo para leer otros blogs y me da lata escribir y no leer. Me dan más ganas de escribir cuando estoy triste o enojada, y últimamente he estado muy tranquila.
Hoy sí que estoy en la real pitilla. A punto de enfrentarme por segunda vez a mi famoso examen, que vendría siendo como -para los que ven la esclava Isaura- el casamiento con el señor Melchior: algo terrible, pero que me dará mi carta de libertad...eventualmente.
He estado haciendo yoga y definitivamente me ha hecho bien para mantener la calma y para escucharme a mí misma. He cambiado mucho en poco tiempo, los que son más cercanos y me conocen desde hace más tiempo se dan cuenta. No sé si será algo temporal por el examen; tal vez después de él vuelvo a carretear como loca y ser una tirada como antes.
Pero no sé, creo que el reloj biológico me está sonando, pero me suena como esas alarmas de auto que no se apagan y uno quiere llamar a los pacos para que se lleven la weaita en la grúa.
Siempre he dicho que las guaguas son pegajosas, que me carga el olor a guagua, que cómo se puede carretear con guagua..etc. El hecho es que hoy los infantes parecen perseguirme en todas partes. Hoy venía bajando la escalera de la U y una niñita que apenas caminaba se pegó a mí. En la micro otra me miraba y después me dicho chao con su manita...sé que es estúpido, pero me causa una sensación de vacío, de pena, pensar que falta tanto tanto para que pueda tener mi propio hijo. No sólo me refiero a titularme, trabajar y tener una situación económica estable; sino a encontrar un hombre que sea realmente un "padre de familia". He estado pensando que cuando trabaje y esté estable, diseñaré un test que voy a aplicar a todos los hombres que conozca y que pasen las primeras pruebas de "gustarme a mí". Será un test que los evaluará como posibles y futuros maridos/padres de mis hijos. Como un casting. Porque una puede estar muy enamorada, pero sabido es que uno puede enamorarse de cualquier cosa, y hay que tener la cabeza fría para elegir un "pinguino emperador" a la hora de tomar decisiones más importantes. Los hijos no tienen la culpa de que una se haya enamorado de un canalla sin sentido de familia...asi que hay que velar por ello desde ya. O al menos desde que me titule, trabaje y tenga mi propio departamento.
El pasto del vecino siempre se ve más verde, dicen. Mi patio está verdecito pero creo que es del pasto que se pone y se saca. No es de verdad.