lunes, 30 de octubre de 2006

Caminante no hay camino, sino estelas en la mar

Hace algunos años, en aquellos que mi vida parecía estar totalmente solucionada y bajo mi absoluto control, tuve una conversación con un amigui de turno que he recordado mucho últimamente. Él era una suerte de chico rebelde, de esos que echan de todos los colegios y están todo el día volados, luego no tienen puntaje ni para postular a algo, pero finalmente terminan sacando alguna carrera "menor" en alguna U privada de poco prestigio. Es la antípoda de lo que nosotras llamamos "un marido"; no: este tipo de chico es el esporádico que siempre está disponible para los momentos de ocio y suele ser físicamente rico. No lo imaginamos con el carrito del supermercado en una mano y el coche en la otra, pero este chico nos lleva a carretes estilo traispotting que nos hace olvidar que tenemos malditos deberes y somos parte de un sistema. Porque ellos, claro, están mas bien al margen de él. Pero adornan y eso es lo importante de su rol socioemocional.

Me salí del tema :S lo otro da para un largo post tras un sex & city ...la wea es que! en la conversación él me decía que tenía mucho miedo al futuro. Lo cual era lógico, habiendo pasado por 7 colegios y entrando a la U a los 21 :S. Yo le respondí con el garbo, seguridad y soberbia maldita que me caracterizaba por esos años, que por el contrario, yo estaba muy confiada y estaba segura que siempre me iba a ir bien.
Maldita la hora en que sellé mi destino con esas palabras. No hay día que no lo recuerde.
El asunto está en que siendo yo una asegurada por naturaleza, siempre creí tener certezas en mi vida. Certeza de titularme de lo que yo quisiera, certeza económica, certeza de encontrar al hombre de mi vida. Pero la realidad es, que como bien me dijo mi mejor amiga anoche, las certezas son una mera ilusión. NO HAY CERTEZA ALGUNA, y como dice serrat, mas bien se hace camino al andar. El tener certeza sobre algo es una mera ilusión con fe. Aveces la fe sobre esta ilusión es tanta que las cosas resultan, como una profesía autocumplida.
Caminante no hay camino, sino estelas en la mar...ilusiones que no son precisamente caminos, aunque parezcan senderos.

lunes, 9 de octubre de 2006

El camino de la domesticación

Hoy amanecí inusualmente shoreada. Aprovechando el lindo día pensé que sería buena opción ofrecerme para ir al supermercado y despejarme con la caminata. lamentablemente sólo llegué a mi casa más estresada, después de una suave disputa con la dependienta de las cecinas. Es increíble como a ratos la gente más discriminadora es la propia clase obrera. Si ayer en vez de andar vestida con mi buzo hubiese sido una vieja platinada con pantalón de cuero y cara de mantenida, estoy segura que la dependienta no me habría tratado como lo hizo. Pero en fin. Tengo problemas más graves en estos momentos.
Para superar la concatenación de malos ratos, incluyendo la cuenta de teléfono y sus llamados a Francia (Y la información errónea de los weones de VTR que me habrían ahorrado un mes de estrés) acepté gustosa la invitación de Anita, mi amiga a punto de dar a luz, a un tecito en su casa. Así partimos con mi mejor amiga a un "tecito informativo". Curiosamente, no sé si habrán sido los ingredientes del queque de chocolate o qué, pero el tecito de chicas de 28-29, entre una recién pololeando, otra a punto de dar a luz, y otra que no ve a su pololo hace 2 meses (yo) se convirtió en el Sex & City más hardcore que hemos tenido. Y eso que habíamos tenido unos bien hardcore.
Sin inhibición alguna hablamos de nuestras experiencias pasadas y recientes de manera muy técnica y precisa. Llegamos a una serie de conclusiones acerca del especímen macho y sus variedades; hasta que llegamos al tema de la domesticación. Una de nosotras estaba viviendo el típico desaire que hacen los pololos mal amaestrados: no llamar a la hora que indicaron, y por consiguiente, dejarla a una en la pitilla acerca de su paradero. Como ella recién comienza su relación, y anteriormente sólo había estado emparejada con especímenes "no tradicionales", le intentamos explicar que el hombre ante todo, es un animal. Y como todo animal, debe ser domesticado. Así con paciencia y rigurosidad puede llegar a convertirse en un hombre adecuado. Esto es como el capítulo de los Simpsons donde Lisa intenta amaestrar a la rata con impulsos eléctricos para demostrar que su hermano Bart es más tonto que la rata. No, los hombres o son como Bart, afortunadamente, existen experanzas para nosotras, pues son más bien como las ratas: estímulo/castigo.
Sabemos que estamos condenadas a soportar en este camino una serie de actitudes tan predecibles como desagradables, pero hay que mamárselas principalmente porque una está enamorada. Y quiere que la cosa resulte. Hay algo más típico que oir los clásicos "es ke no pensé que...".."es que no creí que..."? acompañados de las excusas más insólitas, pero que para nuestra tranquilidad (y pica) constituyen coartadas que nos es imposible cotejar con la realidad y encontrar que son con certeza una chiva?.
En fin, pero no desesperen, que el camino dela domesticación es posible!