Rachel y sus 30

Hoy almorcé con un amigo en el mercado Cardonal. El mercado Cardonal tiene una significación muy especial para mí: almorzaba en mi época universitaria allí con mis mejores amigos arreglando el mundo o pelando a personajes varios. Más tarde me tocó participar en un proyecto con ellos y les hice un sitio web que quedó de pelos. La gente era emprendedora y amable, los platos increíbles y más encima solventaron mi último mochileo, cuando volví convertida en una bella garotta.
No sé si lo he dicho antes en mi blog, pero una de mis actividades favoritas es COMER (comer comida no hamburguesas rancias), y siendo sincera, creo que el 80% de mis ingresos se va en comida china, bravissimo, shawarmas y lasañas caseras ( mi receta especial top).
Ahora, viendo las cosas con perspectiva, caigo en la cuenta de que al pedir el plato, ya se manifestaba un indicio de lo que vendría: en vez de pedir un plato gigante de tallarines o el menú cumpleto, pedí un "plato vegetariano". Sí, yo la que desprecia con toda su alma la coca cola light, la sacarina y las verduras. La que es alérgica a la miel y no come pepino, achicoria, rábanos etc. La que en cada momento de ocio pensaba "¿qué falta para hacer lasagna?". Ahora era yo pidiendo el plato vegetariano. Debí filmarlo.
Luego conversaba de todos los temas de la vida con mi amigo. Ambos reprobados en nuestro primer intento por pasar el examen de grado; ambos rearmándonos como soldados para la próxima batalla. Mientras conversábamos de pronto mi amigo me quedó mirando:
- "Pía -me interrumpió-, quizás se está dando el milagro...y estás madurando."
Me quedé estupefacta. Esgrimí miles de evasivas, pero recordando mis palabras, había hablado de querer vivir sola en mi propia casa, tener mis propias cosas, ser independiente, estabilizarme y hasta estabilizarme con una persona, vale decir pareja. Sí yo, otra vez, la run away bride, la que estimaba que una debía tener varias parejas (como no hay hombre perfecto: uno culto para ir al cine y exposiciones, uno deportista para verlo jugar a la pelota, otro tierno y cariñoso para llevarlo a los eventos familiares, etc.), la que nunca da su teléfono, la que puso cara de cordero degollado cuando después de 5 años de pololeo alguien le propuso comenzar a hablar del futuro. La que afirmaba que lo terrible de casarse no era estar toda la vida con un sólo hombre, sino renunciar a todos los demás.
Qué diantre me pasa?
Supongamos que es verdad, estoy madurando y es normal. Luego, mi situación es peor: quiero independizarme, pero no puedo trabajar; no puedo trabajar porque aún no puedo sacar el #&%·$"! título; quiero pareja estable, pero mi pololo pese a ser precioso y perfecto no pinta para nada para marido (de hecho, creo que no hay analogía más clara que Rachel -friends- al cumplir 30 y su novio que era exquisito pero lo pateó tras la reflexión cumpleañera); quiero llevar a cabo mis propios proyectos, pero mientras esté estudiando para esta mierda no tengo tiempo para nada.
He estado pensando un poco, creo que es inevitable, en qué es lo que esperaba yo de mi vida cuando estoy a punto de cumplir 28 años. esto creo que ya lo dije una vez es mi blog: estoy tan lejos de lograr las cosas que quiero.