:.Cuál es mi lugar?

Hace días no escribía. Y es que en verdad me han rondado una serie de pensamientos por la cabeza que no me dejan ver con claridad. Sigo pegada un poco con el tema anterior, kizás por la etapa que estoy viviendo, pero han aparecido cosas nuevas.
Como en Gran Pez y su metáfora del pez que si llegaba al mar podía aumentar hasta 8 veces su tamaño, en la semana llegué a la conlusión de que hay que atreverse de una vez a dar el salto hacia la madurez y dejar la niñez atrás. Al menos en mi caso. Ya no quepo en el mundillo que vivo: necesito independizarme, necesito más libertad, necesito poder ser dueña de mi vida y tomar mis propias decisiones. Pedí fecha para dar mi examen de grado y cerré mi fotolog, como símbolo de ir abandonando espacios que me tenían como en "un curso más abajo" del que me corresponde.
Pero, en este nuevo gran mundo real al que quiero llegar con mis maletas, ¿cuál es mi lugar?...¿Qué cosas debo traer en mis maletas desde el mundo infantil?. Hace ya varios años que tenía muy claro quién era yo, cuál es mi posición frente a la vida y las cosas. Abandoné el catolicismo y abracé el relativismo como insignia con un diálogo de "The cider House rules" como guión-slogan. Pero encontrándome de frente con realidades extremas donde debería aflorar mi "que la gente haga lo que quiera", ha aparecido en mí una pena inmensa que me ha hecho recordar que no en vano estuve toda mi vida en un colegio católico y pertenezco a una familia conservadora. He recordado las palabras de mi amigo Sebastián, el abogado-artista: le comentaba un día lo harta que estaba de mi familia conservadora y lo maravillosa que me parecía una familia muy liberal y moderna que estaba conociendo. Él sólo me miró y me dijo "al final vas a volver a valorar lo tuyo, uno siempre vuelve a sus raíces".
Y bueno, creo que tenía un poco de razón. La mayoría de los días de la semana quiero partirle la cabeza a mi mamá con una motosierra, pero la verdad es que sé que me ama y puedo contar siempre con ella. He descubierto que no muchos pueden decir lo mismo.
No he podido dejar de pensar en una chica que ni conozco. Que podría haberme pasado a mí. Que afrontar tal dolor sola debe ser lo peor.
Me he reído muchos años a costa de los Opus dei. De lo que piensan hasta cómo se visten. Pero hoy creo que los envidio un poco. Ser católico dogmático es mucho más sencillo: sólo debes seguir el dogma, y es tan el nivel de convicción que tienes sobre él que no hay dudas y todo parece muy claro. Mucho más fácil que tener que pensar por sí mismo, ponderar lo bueno y lo malo, tratar de abstraerse para ver las cosas con más luz...tomar una decisión propia con bases propias.
No me volveré a reís de ellos: probablemente ellos se rían mucho más de nosotros al vernos tan aproblemados.